Acciones sanitarias y trabajadores de salud en protesta (Sinaloa, 1948)
Venecia Citlali Lara Caldera
Jesús Armando Galaviz Hernández
Universidad Autónoma de Sinaloa
En febrero de 1948 circuló un titular en las noticias que llegó hasta los paisanos sinaloenses radicados en Los Ángeles California: “Alarma en Sinaloa, seis casos hay ya de una parálisis”.[1] Las escuelas fueron cerradas por orden del Gobernador Pablo Macías, los habitantes entraron en pánico y algunos escondieron a sus hijos en casa porque la parálisis infantil era mundialmente conocida; empezaba con repentinas calenturas que evolucionaba de un día a otro, afectando al sistema nervioso y a la columna vertebral. En pocos días a los niños se les quitaba la calentura, pero les quedaban debilidad muscular y deformaciones en las piernas. Sin duda un terrible mal incapacitante y permanente que hoy en día es controlado por medio de vacunación y le conocemos como poliomielitis.[2]
Claramente la situación era digna de alarma. En 1946, hubo una oleada de 247 casos en México (122 en el entonces Distrito Federal y 125 en el resto del país).[3] Autoridades de salud tuvieron que acelerar el paso ante una enfermedad para la que no había ni vacuna ni cura. Por esto, cuando se alertó en Sinaloa, una comisión médica se apresuró a asistir “El Verde”, pequeño pueblo cerca de Mazatlán donde decían estaban esos enfermos. Casa por casa los doctores Daniel Urrea e Ignacio Herrera preguntaron por esos niños enfermos que se decía llegaban a cincuenta. Finalmente, no encontraron ni a niños, ni tampoco datos de poliomielitis, a quienes si encontraron fueron a un agonizante con fiebre tifoidea y cuatro jóvenes con paludismo.[4]
Aparentemente el peligro desapareció, el delegado federal Alberto Tripp Flores dio notas a la prensa en las que descartó la presencia de polio, pero se instruyó para que las escuelas públicas siguieran cerradas dos semanas más.[5] Además, aceptó la existencia de las denominadas enfermedades tropicales, por lo cual se dispuso una brigada sanitaria para que volviera a “El Verde” con los medicamentos adecuados y la instrucción de realizar trabajos para evitar la propagación del mosquito transmisor del mal, alineado a las políticas del gobernador Macías que ese año emprendió varias campañas contra las enfermedades tropicales.[6]
Entre tanto, en Mazatlán se produjo otra febril efervescencia de protestas de los trabajadores de salubridad, quienes llevaban a cabo una “enérgica campaña” tanto de limpieza de lugares públicos como en contra del jefe de Servicios Coordinados en el Estado de Sinaloa, el doctor Joaquín Duarte López.[7] Los trabajadores hicieron una serie de paros para exigir la destitución del doctor Duarte. Pero sensibles ante la oleada de miedo a las parálisis infantiles -en turnos de día y noche- continuaron trabajando en la desinfección de cines, camiones, teatros, escuelas y otros lugares de reunión. Finalmente, el día 26 de febrero fueron escuchados y el doctor Duarte fue removido de su puesto.[8]
En unos cuantos días de febrero de 1948 se pasó de la calentura de una información alarmista, a las apresuradas acciones de brigadistas de salud que -a regañadientes- se lanzaron a cumplir labores de desinfección en espacios públicos mientras protestaban a todo pulmón. El punto cumbre del encono llegó cuando sustituyeron al funcionario, dando pie a una doble celebración: no era parálisis infantil ni tampoco tenían que seguir bajo las órdenes del doctor Duarte. Una victoria para el sindicalismo, otra victoria para la población en general. Pero ni la polio se acabó, ni Duarte se retiró: solo se aplazaron dando una efímera victoria.
[1] “Alarma en Sinaloa…”. La Opinión, Diario popular independiente, 19 de febrero de 1948, año XXIL, Núm. 157, p. 2.
[2] José Elías García-Sánchez, Enrique García-Sánchez, Enrique García-Merino, María José Fresnadillo-Martínez. “La polio, el largo camino hacia el final de la partida” Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, Vol. 33, Núm. 10, 2015, p. 69-78, https://doi.org/10.1016/j.eimc.2014.10.005.
[3] José Luis Gómez-De Lara y Carlos Agustín Rodríguez-Paz. “Aspectos históricos, clínicos y epidemiológicos de la poliomielitis en México (1946-1960), Historia y filosofía de la medicina, Vol. 59, Núm. 6, pp. 585-590, 587.
[4] La Opinión, Diario popular independiente, 28 de febrero de 1948, año XXIL, Núm.166, p. 3.
[5] La Opinión, Diario popular independiente, 20 de febrero de 1948, año XXIL, Núm. 158, p.m2.
[6] Informe de Gobierno rendido por Gral. De Div. Pablo E. Macías Valenzuela, Gobernador del Estado de Sinaloa, 15 de marzo de 1949, p. 16.
[7] La Opinión, Diario popular independiente, 24 de febrero de 1948, año XXIL, Núm. 162, p. 3.
[8] La Opinión, Diario popular independiente, 2 de marzo de 1948, año XXIL, Núm. 169, p. 3.


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