Los centros de prostitución ante las enfermedades.
Arturo Fierros Hernández
Secundaria General 31, Baja California
A raíz de la pandemia Covid-19 muchos sitios se vieron en la necesidad de cerrar debido a las medidas impuestas por los distintos órdenes de gobierno. Entre estos lugares están los giros que se dedican a la prostitución femenina, una gran cantidad de ellos están ubicados en lo que podríamos considerar la zona roja de Tijuana, la llamada Zona Norte. Uno de los sitios más afamados es el “Hong Kong”.1
Algo muy distintivo de este table dance es que cuando ingresan mujeres que no trabajan ahí se les coloca un brazalete de papel de color fluorescente; así se distingue que estas mujeres no ejercen la prostitución en el local.2 Durante la pandemia, este establecimiento tuvo que cerrar en repetidas ocasiones.
Una de las estrategias que utilizó fue el uso de pulseras para las mujeres que trabajaban en el lugar, esto para simular que no eran empleadas. En caso de que llegara la autoridad dirían que no son más que clientas que andaban en bikini o desnudas.3 Otra de las estrategias fue que se cambió el lugar de operaciones al hotel, llamado “Cascadas”, que es de la misma empresa que opera el centro de prostitución, cabe mencionar que en ese lugar las mujeres también tenían la famosa pulsera.4
Aunque estas medidas pudieran parecer ingeniosas, y tal vez nuevas para muchos, lo cierto es que no lo son, ya han sido utilizadas con anterioridad en Baja California. Como han dado cuenta los historiadores, la prostitución fue una importante fuente de ingresos al menos hasta la década de los 60 del siglo pasado. Por una serie de leyes aplicadas en Estados Unidos que prohibían esta práctica, así como la venta de bebidas alcohólicas y otras actividades, los estadounidenses verían a Tijuana como un lugar donde realizar lo que en su país era prohibido.5 Con el paso del tiempo los visitantes estadounidenses llegarán porque pueden tener acceso a esos servicios con una fracción de lo que les costaría en su país.
En tiempos de la Segunda Guerra Mundial, autoridades estadounidenses comenzaron a realizar acciones en contra de la Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) en su frontera con México. A principios de 1941, Joseph S. Spoto, representante de la Organización Sanitaria Panamericana (OSP) inició gestiones ante los gobiernos de México y Estados Unidos para llevar a cabo un programa antivenéreo simultáneo y coordinado en ambos lados de la frontera; la Campaña Antivenérea Internacional de la Frontera México–Estadounidense (CAIFME), como se llamó el programa, fue aplicada en la zona fronteriza.6
En Ensenada, por ejemplo, el doctor Héctor López Flores, jefe del centro de higiene de esa ciudad, ordenó a los dueños de dos cabarets denominados “Carta blanca” y “Toña café” que se abstuvieran de permitir la entrada de clientela del sexo femenino. Por esto, en una carta trabajadores de diversos lugares dedicados a ese rubro, se argumentó que las medidas impuestas en la campaña no serían eficaces para evitar la transmisión de las enfermedades venéreas, pues quienes se dedicaban al comercio carnal podían hacerlo en otros lugares, como en efecto lo hacían, sin que las autoridades sanitarias lo impideran.7
Era sabido que las mujeres que trabajaban en esos lugares se hacían pasar por clientas, contactaban con los concurrentes, tomaban unas copas y se iban a otras partes a consumar el acto carnal. Se decía que en ese poblado las prostitutas eran para consumo de los locales y no de los marinos de Estados Unidos.8
En Tijuana la situación no distaba mucho de la de Ensenada, aunque a diferencia del puerto, en la ciudad fronteriza los soldados estadounidenses eran unos de los principales clientes. Séptimo Cárdenas escribió a finales de 1947 al respecto:
En la actualidad y debido a las leyes federales que prohíben la prostitución en la ciudad de Tijuana, se observan las siguientes consecuencias: a todo dueño de cabaret no se le permite tener mujeres en sus locales para que diviertan a los clientes y reciban determinada cantidad de dinero por este trabajo.
También están proscritas las casas de lenocinio, pero existen en gran cantidad clandestinamente. Con la supresión de las entrenadoras, todas las cantinas y salones de baile que se sostenían explotando a éstas mujeres se vieron de inmediato faltos de los ingresos necesarios para subsistir; entonces recurrieron a una estratagema muy sencilla que pusieron en práctica enseguida.
Como lo que está prohibido es la prostitución y su explotación y no la entrada del sexo femenino a estos lugares, ahora ellas concurren con apariencia de simples clientes que van a divertirse como cualquier otra persona, pero la realidad de las cosas no ha cambiado en nada a como era antes.
Otras veces, para evitar ser sorprendidas en algún hotel cometiendo contactos sexuales, se van a las afueras de la población en automóvil y en el interior de él efectúan el coito de acuerdo con el dueño del coche, quien recibe por éste servicio su remuneración correspondiente. Esto ya se está haciendo costumbre.9
Durante la pandemia de Covid-19, en Tijuana se revivieron tácticas antiguas para manejar la prostitución, como las pulseras en el table dance “Hong Kong”, camuflando a trabajadoras como “clientas”. Esta adaptabilidad refleja respuestas pasadas a restricciones, como durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se combatían las ETS. Estos paralelismos destacan la constante adaptabilidad de la industria ante regulaciones y la resistencia de las políticas públicas para controlarla completamente.
Referencias
5) Schantz, Eric. 2011. “El botín fronterizo de los placeres arriesgados: Estado revolucionario e ingresos públicos en Baja California, 1910-1926”. En Inversiones, colonización y desarrollo en el noroeste de México, 1870-1940, compilado por José Gómez y Araceli Almaraz, 176- 216. Tijuana: UABC.
Gómez-Estrada, José Alfredo. 2002. Gobierno y casinos. El origen de la riqueza de Abelardo L. Rodríguez. Ciudad de México: Instituto Mora.
6) Fierros, Arturo. 2022. El Programa de Profilaxis Antivenérea en Tijuana (1949-1952). Un experimento con humanos. CONAMED. 27(1): 20-35.
7) Fierros, Arturo. 2023. “Prostitución y enfermedades venéreas en Baja California (1888-1951)”. HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local 15 (32): 94-131
8) AHSS, “Dirección de Cooperación Interamericana de Salubridad Pública, Dirección General de Proyecto MEX-MED-3”, México Distrito Federal 1948- 1952, Ciudad de México, fondo Subsecretaría de Salubridad y Asistencia, ref. 29.
9) Cárdenas, Séptimo. 1948. Informe general sobre la prostitución y su represión, en la ciudad de Tijuana, Baja California [Tesis para obtener el grado de médico cirujano y partero]. Universidad Autónoma de México, México Distrito Federal.

Fachada del table dance “Hong Kong”, en Tijuana, Baja California.
Fuente: Nueva Tijuana Noticias. Ya abrieron el Hong Kong, Las pulgas y Las adelitas. ¿Y usted qué opina?: https://www.facebook.com/photo/?fbid=1824914350979738&set=pcb.1824914960979677
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