Las familias ante la epidemia de viruela de 1761

Mario Alberto Roa López

CIESAS Peninsular / marius.roa@gmail.com

Durante los últimos meses de 1761, la población de la Nueva España sufrió los efectos de una epidemia de viruela originada (posiblemente) en los pueblos de Alvarado y Medellín (actual Veracruz). Este padecimiento causaba miedo y generaba escenarios desoladores para españoles, criollos, indios, mestizos y castas.

La viruela se extendió por Veracruz, Puebla, Tlaxcala y el valle de México. Con los meses se convirtió en una epidemia que afligió a las principales ciudades del virreinato. En la ciudad de México las primeras víctimas se reportaron en la parroquia de El Sagrario y con el transcurso de unos meses se esparció entre los diferentes barrios.

Para conocer el número de muertos, el arzobispo de México Manuel Rubio y Salinas ordenó que cada parroquia de la capital elaborara un registro de los fallecidos. Las cifras fueron las siguientes: Santiago Tlatelolco contabilizó 1800 decesos, San Sebastián 437, Santa Veracruz 663, San José 196, San Miguel 2199, San Pablo 1800, El Sagrario 6815 y Santa María la Redonda 796.

Esta última parroquia estaba ubicada en uno de los extremos de la ciudad, entre la calzada de Tacuba y el camino hacia Tlatelolco (actual colonia Guerrero). Administraba servicios religiosos a los barrios de Espíritu Santo de Analpa, Santa Clara Teocatitlán, San Diego Atlampa, Copolco de Santiago, Santa María, Tezcantonco y Colhuacatonco.

El territorio de Santa María la Redonda se dividía en dos áreas, con base en la distribución del agua y la calidad de sus tierras. La zona norte colindaba con los barrios de Tlatelolco, sufría por la ausencia del líquido y sus tierras eran áridas. La segunda área correspondía al noreste, con los barrios cercanos al acueducto de Santa Fe, con abundancia de agua y tierras fértiles.

La consulta de los libros parroquiales permitió identificar cuatro familias que vivieron en los barrios de Santa María la Redonda y fueron víctimas de epidemia de viruela de 1761:

  1. Integrada por Juan Hernández y María de los Ángeles, era una familia de indios del barrio de Santa María; enterraron a sus dos hijas párvulas o menores, de nombres Juana María y Polonia Josefa, el 18 de octubre.
  2. La familia encabezada por Isidoro Benito y Salvatierra Cayetana, indios del barrio de Analpa, perdió a sus dos hijas párvulas: el 22 de octubre a Micaela María y el 26 del mismo mes a María Bernarda.
  3. Juan Santiago y María Josefa, vecinos del barrio de Copolco, sepultaron a sus dos hijos párvulos durante el mes de noviembre: María Josefa y Lorenzo de Santiago.
  4. Finalmente, Juan de la Cruz y Regina Loreto, indios de la calle de San Lorenzo, el 27 de noviembre enterraron a su hijo (párvulo) Pedro Martín, y el 2 de diciembre a su hija Rufina Loreto (en el registro de defunción no se indica si también era párvula o menor).

El análisis del impacto de los problemas de salud en las familias nos invita a reflexionar acerca de la vulnerabilidad ante las enfermedades aparentemente inevitables y nos plantea interrogantes que debemos atender desde una perspectiva integral, tales como el papel de la pobreza, los servicios sanitarios y las redes de solidaridad para atender las emergencias. La viruela de 1761 en la parroquia de Santa María la Redonda en la actual Ciudad de México, evidenció las desigualdades sociales y el acceso diferenciado a los recursos, algo que guarda similitudes con los factores que profundizan los efectos de la actual pandemia de Covid-19.

Anónimo.  Exvoto a Nuestra Señora de los Dolores y a San Sebastián. 1761. Óleo/ tela. 53.7 x 77 cm. Museo Franz Mayer.
[En 2 de diciembre de 1761, Doña Luisiana, Grande de Ocotlán natural de la ciudad de Cholula estando enferma de viruelas y muy peligrosa y habiéndose encomendado con gran devoción a Nuestra Señora de los Dolores y a San Sebastián que se venera en la iglesia con la de San Miguelito y luego sintió alivio de la dicha enfermedad y honra sus maravillas a darle vida y salud y lo mandó a pintar en acción de gracias]

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